miércoles, 20 de febrero de 2013

LAGO - JARDIN Capítulo 11

LA PACIENTE


Cualquiera que pasara por la calle junto a la escuela, podía escuchar la cancioncilla que los niños  entonaban al repetir la tabla de multiplicar que la maestra les estaba enseñando.



Uno por uno…… uno!!!
Uno por dos…… dos!!!
Uno por tres…….tres!!!


La señorita Nai pronunciaba en voz alta la tabla, y los niños la repetían mientras ella  paseaba por el pasillo de la clase.



Hubo un momento en el que Nai se sintió mal y dejo de cantar. Los niños la miraron extrañados y  callaron, esperando que su profesora continuara. La maestra ordeno a los niños que siguieran recitando la tabla y ella, que parecía sentirse mejor, tras respirar hondo, continuo también donde la había dejado. Sin embargo no caminó ni  tres pasos cuando volvió a detenerse, se echo la mano a la frente, y unos momentos después, cayó al suelo desvanecida.


Los niños se asustaron, incluso algunos gritaron.


-¡!!Señorita Nai!!...!! Señorita Nai!!!


Uno de ellos, la niña mas mayor de la clase, salio corriendo del aula en busca de Doña Manuela, que acostumbraba a estar a esas horas sentada en uno de los bancos del jardín de la escuela tomando el solecito. 

La anciana entro asustada en el aula y vio a Nai echada en el suelo rodeada por los niños, se acerco a ella mientras pedía a los pequeños que tuvieran calma y volvieran a sus pupitres.  No tardó en darse cuenta de que necesitaría ayuda, así es que pidió a la misma niña que le había dado el aviso que se quedara junto a la maestra mientras ella salía a la calle en busca de alguien que la pudiera socorrer.



Doña Manuela salió desesperada a la calle y casualmente pasaba por allí Don Pedro que al ver tan nerviosa a la anciana, enseguida acudió para ver qué era lo que sucedía. 



Los dos entraron rápidamente en el aula. Don Pedro se inclino junto a Nai, echo su brazo por detrás de sus hombros y empujo de ella hacia delante para incorporarla. Después se ayudo de uno de los cuadernos de los alumnos y lo uso en forma de abanico para darle aire mientras le preguntaba.


-Señorita Nai!!, Señorita Nai!!. Responda señorita Nai!!


A los pocos segundos los esfuerzos de Don pedro dieron resultado y Nai abrió los ojos. Sorprendida y algo desorientada miro a su alrededor y se extrañó al  verse en los brazos de Don Pedro.


-¿Qué me ha pasado?


-Se ha desmayado  señorita Nai. ¿Cómo se encuentra?.

Pero la profesora seguía aturdida y no sabia bien que contestar. Don Pedro continuó diciendo.


- Nai, ¿cree que podrá levantarse?


-Si, creo que si.


Don Pedro ayudo a la joven a incorporarse y después la sentó en uno de los pupitres del aula. El hombre  busco a Doña Manuela con la mirada y le dijo.


-Quédese con ella y con los niños,  voy a buscar al Doctor Martín. Vendré enseguida.


Y dicho esto don Pedro salió sin perder un segundo  en dirección al consultorio. 


Casualmente Martin ya había atendido al último paciente de la mañana, así es que estaba dedicando el tiempo a trabajos administrativos como ordenar los historiales etc… Por eso cuando llego Don Pedro a toda prisa vio la sala de espera vacía y la puerta de la consulta abierta, por lo tanto no necesitó esperar ni casi llamar a la puerta para entrar directamente en el despacho del médico.

-Doctor Martin!!! Doctor Martin!!


Martin miro con asombro a Don Pedro y adivino, lógicamente, que algo había pasado.


-¿Qué sucede?


-Es la señorita Nai!!!. 


Martin se levanto de golpe y en su rostro se reflejaba una gran preocupación.


-¿Qué le pasa a  Nai?


-Se desmayo en plena clase. Yo la socorrí y en cuanto he tenido un momento he venido a avisarle


Sin dar tiempo a que Don Pedro terminara su explicación, Martin fue recogiendo su maletín y preparándose para salir hacia la escuela a toda prisa. El resto de detalles los preguntaría por el camino.

Una vez en la allí, Martin vio a Nai sentada donde Don Pedro la había dejado. Rodeada por la curiosidad y preocupación de los niños, que no dejaban de cogerle la mano y preguntarle como se encontraba.

Martin pido a todos que le dejaran sitio.  Se arrodillo junto a ella y tras cogerle la mano le pregunto.


- Nai… Soy el doctor Martin. ¿Cómo se encuentra?


-Algo mareada – contestó-


-Bien, escuche. Voy hacerle un pequeño reconocimiento. ¿ de acuerdo?


-Si – respondió ella -


Martin examino sus pupilas, le tomo el pulso y llevo su mano a su frente. Además pudo advertir como la palidez de Nai iba desapareciendo poco a poco, y eso  era una buena señal.


Cuando el médico termino su rápido reconocimiento y al ver que Nai no tenia nada aparentemente grave, quiso tranquilizarla diciendo.

-Bien Nai. No parece nada grave. Pero tiene que descansar. La llevare a su habitación para que se tumbe y repose. ¿ de acuerdo?


-¿Y los niños?, ¿Qué pasa con mis niños?


-No se preocupe por ellos. Doña Manuela se quedara con ellos hasta que los recojan sus padres.


-Pero no puedo dejarlos…..yo… mis niños

-Nai, tiene que descansar. Doña Manuela cuidara de ellos.- respondió tajantemente el médico


La joven, que aun se sentía convaleciente, admitió los consejos de su amigo y doctor y acepto ir a su casa a descansar. Martin pregunto entonces.


-¿Cree que podrá andar con firmeza?


Sin embargo, y antes de que ella contestara, Martin se dio cuenta de lo estúpido de su pregunta, pues aunque la joven se encontrara en condiciones de andar, no dejaba de ser un riesgo que ella sola subiera las escaleras exteriores de su vivienda. Por tanto Martin busco apoyo en Don Pedro y le pidió que le ayudara a llevarla  a su casa.

Una vez en la habitación, ayudaron a Nai a sentarse en la mecedora que allí había,  y Martin se dirigió a su amigo para pedirle un último favor.

-Pedro. Baje  a relevar a la doña Manuela con los niños y pídale que suba. La necesito aquí.


-Por supuesto Martin.


Don Pedro cumpliendo con las instrucciones de su amigo el doctor, bajo al aula para cuidar de los niños. Manuela recibió el aviso y subió a casa de la maestra dejando a los pequeños al cuidado de Don Pedro quien sin darse cuenta se encontró en medio de la clase ante la mirada fija de los alumnos que esperaban alguna indicación de su nuevo y espontáneo profesor.

Don Pedro nunca había ejercido de maestro ni tenia ni idea de cómo se hacia. Se produjo un silencio  tenso y finalmente el hombre  se armo de valor y dijo.


-Ehhh..bueenooooo….je je…¿Qué estabais haciendo con la señorita Nai?


Entonces uno de los alumnos pregunto.


-¿Se va a morir?


-¿Qué? ¿Cómo?


-La señorita Nai. ¿ se va a morir?
Don Pedro se quedo sorprendido por la inocente pregunta del pequeño y contesto casi con risa para transmitirle al muchachito que realmente no había porque preocuparse.


-No, no, Se pondrá bien, ya lo veréis. Solo se ha mareado. A veces pasa. Pero no es malo.


Sin embargo sus palabras no parecían tranquilizar a los niños. Incluso Pedro observo que en alguno de ellos parecía asomar alguna lágrima. Por un momento pensó que aquella situación se le podía escapar de las manos. Pero entonces, como si de un ángel de la guarda se tratara, la misma niña que dio el aviso a Doña Manuela, la alumna con más edad,  echó un cable al inexperto profesor.


-La tabla de multiplicar.


-¿Qué?


La niña resoplo en señal de tener paciencia y repitió.


-Estábamos cantando la tabla de multiplicar.

-¿Cantando?- dijo don Pedro imaginando lo peor.


-Siiii. La señorita Nai nos canta la tabla y nosotros la repetimos. 

Tiene usted que cantar!!!-Confirmo la niña.


Y de repente, del fondo de la clase y sin saber bien de que alumno se trataba se escucho una voz algo graciosa decir.


-Tieeeene  que cantaaarrrr!!!...Tieeeene que cantaaarrr!!!

Todos los niños esperaron ansiosos que Don pedro se pusiera a cantar pues pocas veces tenían una oportunidad tan clara de pasar un buen rato acosta del ridículo de un adulto.


Don pedro supo que no tenía salida para aquella encerrona. Miro al cielo y como rogándole a dios un milagro dijo…


-Por favor… dese prisa Doctor Martin…dese prisa.

                                                    ….

Mientras tanto en la casa de la maestra, Martín pidió a Doña Manuela que ayudara a Nai a ponerse el camisón y a meterse en la cama para descansar.


-Esperare fuera. Cuando este en la cama avíseme y volveré a entrar.- Dijo Martin a la anciana.

Una vez Nai estuvo acomodada Martin entró de nuevo en la habitación y se sentó en la cama junto a ella mientras Manuela permanecía de pié al otro lado.


El joven la cogió de la mano y dijo.


-Nai… ¿Cómo se encuentra?


-Mejor. Algo confusa, pero mejor.


Y tras unos segundos le  pregunto preocupada.


-¿Qué me ha pasado doctor?

Martin sospechaba que aquel desmayo no solo era debido al cansancio. Podria haber algo mas, pero no quiso inquietarla.


-Seguramente solo será fatiga. Ha llevado unas semanas muy ajetreadas y ese estrés le ha podido pasar factura. No obstante quiero asegurarme de que no hay nada más y por eso lo mejor es que se quede en cama los próximos tres días.


La maestra miró a Martín.  Su rostro, que ya dejaba de estar pálido reflejaba cierta indignación 

-¿Tres días? Es demasiado. Mis clases, mis niños. No doctor, es demasiado. No puedo estar tres días en la cama!!


Martín sabia lo que sus alumnos significaban para Nai, y supo que obligarla a estar en cama tres días suponía un gran sacrificio para ella. Por eso no le extraño la réplica de Nai a su recomendación


-Es mucho tiempo. Son muchos días. Tengo que recuperarme antes.


Y ante la desesperación que ella transmitía Martin se paró un momento a pensar y encontró una solución más flexible.

 -Está bien. Haremos una cosa. Se quedará solo dos días en reposo, y yo la observare de cerca, le haré compañía las horas que no este pasando consulta hasta que se quede  durmiendo por la noche. Le pediré a Doña Manuela que pase aquí la noche para que no esté sola.


La anciana movió la cabeza en señal de aprobación y el médico continuó hablando.


- Si mañana tarde no he notado en usted ningún síntoma que pueda preocuparme, podrá volver a clase pasado mañana  ¿ le parece mejor así?


Nai sonrió, aunque no sabía si lo mas le gustaba era el hecho de volver un día antes con sus alumnos o que Martin cuidaría de ella casi día y noche durante dos días.

-De acuerdo Martin –dijo-


-Bien. Entonces trato hecho. Ahora la dejare descansar. Doña Manuela cuidara de usted si necesita algo. Yo volveré esta tarde para ver como se encuentra, y traeré de mi consulta algunas cosas que necesitaré  dejar aquí durante este tiempo.


-Está bien, dijo la joven, que aunque ya empezaba a encontrarse mejor se sentía muy cansada.

 
Martin se levanto en dirección a la puerta acompañado por Doña Manuela. Una vez allí y antes de despedirse, Martin dio las últimas instrucciones a la anciana.


-Que coma ligero. Tóquele la frente de vez en cuando y si ve que le sube la temperatura llámeme inmediatamente.


-De acuerdo. – dijo Manuela -


-No le quite ojo.


-Por supuesto. – respondió la anciana -


-y no deje….


Doña Manuela miraba divertida al doctor que no paraba de darle indicaciones lógicas y finalmente le apremió.


-Doctor!!!. …puede irse tranquilo.

Martin, sonrió al darse cuenta de su exagerada preocupación. Miro a Doña Manuela y se despidió


-Volveré esta tarde. Adiós.


-Adiós doctor.



Una vez se fue el doctor Martin Doña Manuela arropó a Nai para que ésta descansara.
 Después se dirigió a la puerta para salir de la habitación, pero antes de cerrar escucho la voz de Nai.


-Es muy bueno ¿verdad?


Doña Manuela desde la puerta contesto.


-Si.  Lo es. Y se  nota que te quiere mucho.

Nai sonrió, cerró los ojos y se quedó dormida.

Fotos: Minisantonia
Textos: Minichico 


21 comentarios:

  1. Ohhhhh que chuloooooo!!!! y doña Manuela se ha percatado de todo todito, jejejeje. Me ha gustado mucho, y un placer ver de nuevo la escuela que me tiene enamorada, y los niños qué lindos!! Ains, no tardeis en la próxima, Pobre Martin que preocupadito se ha quedado
    Un besote

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  2. que corto, que corto se me ha hecho éste capítulo!

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  3. ...e la storia continua a gonfie vele!
    Stupende immagini.
    Ciao Faby

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  4. que bonito, estoy enganchada, esta super interesante. Besos a los dos.
    Miolga

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  5. Pero que bien colocas las escenas ,y los personajes, tan arregladitas las muñecas , los vestidos tan bonitos y el pelo muy lindo .Que a proposito el mareo, tienen mucho que hablar a ver que tal? un beso santiaga

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  6. Ala ...... y ahora se queda así la cosa !andanda! que bien lo trejemanejas todo.....espero ansiosa el capítulo 13! no tardes! un beso muy fuerte

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  7. Ya?...estoy pensando en meterme en la cama también a esperar acontecimientos... No sé si me gusta más la historia o la decoración que la rodea. Un beso... Sonsoles

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  8. Me encanta!!!
    Muy entretenido.
    Mil besos...Julia

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  9. Genial,me encanta esta historia y la ambientación,chulisimo todo,besitos

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  10. quel rebondissement, encore un joli chapitre, un peu mouvementé ...
    rosethé-Minima

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  11. Muy buen capítulo. Espero que Nai se recupere pronto con los cuidados del Doctor Martín

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  12. que le pasara a la señorita Nai?, bueno seguro que con los cuidados de doña Manuela y el doctor se recuperara en nada, me gusta mucho el vestido de Nai , es muy sencillo y fino

    besitos

    Mari

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  13. Hola, cuantas muñecas tienes. Todos los niños son ideales. Menos mal que Nai recibe una atención personalizada de su doctor. Las fotos son preciosas. Me gusta la habitación y el camisón de Nai... Espero que no tenga nada grave. Estaré atenta a su evolución. Muy real el argumento y diálogos con las tablas de multiplicar. Seguimos en contacto

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  14. Precioso,si es que se les nota a la legua lo que se quieren!!!

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  15. Si no fuera porque sabemos de la personalidad intachable de Nai, prodríamos pensar en algo no muy adecuado en la época. Pero... si no hay bebé, ¿será que le pasa algo malo de verdad a Nai? No es así, ¿verdad?
    (Un beso grande. Sucari)

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  16. Ainssss que oportunidad mas buena para los dos. A ver si asi esto acaba en algo jejejeje.

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  17. Mira que es listo este Dr. Martín, como busca hueco para ir a verla. El detalle del cuaderno para abanicar a Nai ha sido muy bueno.

    Mª Jesús

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  18. Me gusta!! hoy me he vuelto a enganchar!! pero es que ando fatal de tiempo!!llevo varios capitulos sin leer!!!!!!!!!!!1
    Besos de las Malu´s.

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  19. La ambientación es cada vez mejor... Me encanta el camisón, mucho más recatado que la bata de Eugenia... No se puede quejar el Dr. Martin ya las ha visto a las dos en ropa interior...
    Espero que Nai no tenga nada grave, aunque estaria bien que con lo tontita que es la hayan engañado....
    Lo sé soy muy cruel, pero tal como estan las cosas, estoy un poco harta de tontitas que no se enteran de nada...

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  20. Ohooooo me enganche otra vez!!! jajajaja, me encanta todo!!, quiero mas!!! jajajajajaja, ojalá no sea nada grave lo de Nai.Besos

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