miércoles, 6 de febrero de 2013

LAGO - JARDÍN Capitulo 9



 LA FIESTA


Poco a poco los vecinos fueron llegando al café luciendo sus mejores galas, como lo requería  la celebración del día del patrón.



Martin fue de los primeros en llegar. Al principio no dejo de saludar a uno u otro vecino. Todos estaban allí, las principales personalidades y las más influyentes.

El alcalde hacia las funciones de anfitrión y no quería dejarse a nadie por saludar. Todo era caballerosidad y buenos modales por todos lados. Esta fiesta era una buena oportunidad para socializarse con los vecinos, cerrar negocios y conocer gente.



El café se fue llenando de invitados y las primeras parejas comenzaron a bailar. La barra se encontraba repleta de hombres que pedían algo de beber, en muchos de los casos alguna copa de alcohol,  tanto para ellos como para sus esposas.

El alcohol, la música y el baile fueron los ingredientes suficientes para una buena fiesta.



Martin no bailó. Se encontraba algo confuso y desilusionado tras la negativa de Nai a acompañarle. 

Cuando el salón se lleno de parejas bailando, el se retiro discretamente a la barra donde pidió algo de beber y se limito a observar.


 Fue entonces cuando Nai hizo su aparición en el café. La maestra entro decidida, sin darse cuenta de la presencia de Martin en la barra. 

Saludo a diversas personas y finalmente se sentó en una mesa acompañada de algunas de las madres de los alumnos que prefirieron hablar y conocer mejor a la nueva profesora de sus hijos antes que bailar.


Nai no se movió en toda la noche de aquel rincón.
 Martin la observaba y no entendía la actitud de Nai. No lo buscaba con la mirada, ni si quiera había reparado en el.  Empezó a sospechar que, quizás, Nai no estaba tan interesada en él como creía. En más de una ocasión tuvo el impulso de levantarse y dirigirse a aquella mesa para decirle que se levantara de una vez y bailaran juntos. Pero la conversación en el aula, aquel “ir más despacio” se lo impedía. Martin no se sentía el mismo, ¿que tenía que hacer? ¿Esperar a que ella diera el primer paso? ¿Y si no lo daba nunca?



Finalmente y apoyado por el empuje inconsciente que otorga el alcohol, se decidió a pedirle a Nai que le concediera un baile. Sin embargo cuando apenas estaba a punto de dar un paso, una voz le hizo detenerse.


-Buenas noches Doctor Martin.



Martin se giro instintivamente y vio que se trataba de Doña Eugenia, la dueña de “Vistiendo sueños”, alguien a quien, a decir verdad, ya había olvidado.



-Hola. ¿Cómo esta? No la había visto.


-Acabo de llegar. Siempre trato de retrasarme un poco, no me gusta tanto saludo ni tanto protocolo y prefiero llegar cuando el baile ya ha comenzado. Veo que a pesar de mi retraso, sigue usted solo.


-Ya sabe que no tengo pareja. –contesto volviéndose a apoyar en la barra y dirigiendo la mirada a la mesa de Nai.



Eugenia se dio cuenta de que algo pasaba entre los dos jóvenes y eso la lleno de satisfacción.  No estaban juntos, Martin se encontraba solo y por si fuera poco el alcohol empezaba hacer mella en el. Todo estaba de su lado, tenía en su mano las armas suficientes para que aquella noche fuera la última en la que Martin pensara en Nai. 


Eugenia se inclino por delante de Martin para coger, de una manera muy descarada, el vaso del Doctor y beber de él mientras exponía ante sus ojos el pronunciado y atrevido escote que lucía en su vestido. 


Martin no pudo evitar fijarse en sus apretados pechos. Ella apoyo la espalda en la barra sin dejar de mirar a los ojos a Martin, se llevo la copa a sus labios y antes de beber dijo de forma muy maliciosa.


-¿Puedo? O... ¿va a ejercer su profesión para decirme que no me conviene?


Martin, que en el fondo le hacía gracia la descarada manera de insinuarse que tenia Eugenia, se acerco a la barra y llamo la atención del camarero.


-Camererooo!! ponga otro vaso a la señorita.



El camarero trajo un vaso y una botella, comenzó a llenarlo detenidamente hasta que Eugenia ordeno:


-Deje la botella.


El hombre miro asombrado a Eugenia y sin decir nada la dejó sobre la barra y se fue.

Martin cogió la botella y termino de llenarle el vaso a Eugenia, después se lo ofreció y esta le devolvió el suyo en un gesto que invitaba a  beber juntos. 

Durante el resto de la velada bebieron juntos y Eugenia intentó tener distraído a Martin para que se olvidara de la presencia en la fiesta de Nai. También se preocupó de que su copa nunca estuviera vacía.



Mientras tanto Nai, que se sentía cómoda con las mamas de sus alumnos, no paraba de hablar y de hablar. En un momento dado busco con la mirada la presencia de Martin, pues si es verdad que le extraño que el doctor no se hubiera acercado a saludarla. Llego a pensar que quizás no había acudido a la fiesta, pero lo encontró en la barra, junto a Eugenia.




Al principio a Nai no le molesto ver a Martin y a Eugenia juntos. Pensó que simplemente se estaban conociendo. Sí le extrañaron algunos gestos que ésta le hacía a Martin, poco dignos de una señora. No llegaba a entender porque le hablaba al oído, la música no se escuchaba tan alta como para que el no la oyera, ni comprendía porqué para ello, se apretujaba tanto contra el.



Los nervios y las dudas se empezaron apoderar de Nai hasta el punto de que ya no prestaba atención a lo que las mamas le decían. 
No podía dejar de mirar a Martin y Eugenia. Y ella misma trataba de negar con la mente lo que sus ojos veían.  Y aunque le molestaba que estuvieran juntos, lo que más la incomodaba era que Martin no se hubiera acercado a ella en toda la noche, ni siquiera para saludarla.



La música, la gente, el ruido y  el no poder dejar de pensar en toda aquella confusión hicieron empezaron a afectar a Nai, que se sintió mareada y con ganas de abandonar aquel lugar.


-¿Se encuentra bien?- Pregunto la madre de uno de los alumnos al ver a Nai algo pálida.


-Sí, bueno, me siento un poco mareada.-Contesto Nai


No es que Nai se encontrara muy mal, o al menos nada que no se pudiera arreglar con un vaso de agua, pero Nai ya no se sentia cómoda en aquella fiesta y utilizo la escusa del mareo para marcharse.


-Sera mejor que me vaya. Ya es tarde y mañana quiero levantarme pronto -Dijo Nai



-Ohh que pena, espero que no sea nada y que pronto nos volvamos a reunir - Añadió una de las mamas, propuesta que todas las demás aprobaron con la cabeza


-Seguro. Ahora ruego me disculpen, pero necesito descansar.

Y tras las pertinentes y educadas despedidas Nai se dirigió a la salida.


Eugenia que seguía distrayendo a su antojo a un Martin, cada vez mas sumiso por la bebida, se percato de que Nai se dirigía hacia la salida del local, para lo cual debía pasar por delante de la barra con el correspondiente riesgo para Eugenia de que Martin la viera. Asi pues Eugenia se coloco estratégicamente delante de Nai  para tapar la visión de este cuando ella pasara cerca.




Nai abandono la fiesta sin que Martin se percatara de ello y ante la sonrisa victoriosa de Eugenia. 


 
Poco a poco, y conforme pasaba el tiempo, los invitados fueron abandonado la fiesta, hasta que finalmente apenas quedaron un par de parejas bailando, y Eugenia y Martin en la barra.

El matrimonio Smitz fue uno de los últimos en marcharse, y cuando pasaron por delante de la barra en dirección a la salida se extrañaron de ver que el doctor Martin aún seguía allí, y se acercaron  para ver si todo estaba bien y de paso despedirse.



-Vaya ¿aun aquí Doctor?-dijo John


-Sii... sii bueno... creo que no tardare en irme.


En su tono se notaba el exceso de alcohol aunque, eso sí, todavía muy lejos de estar borracho.


-¿todo va Bien Martin? - Pregunto preocupado John-


Pero antes de que el médico pudiera contestar, Eugenia respondió por él.



-Todo va bien John, no se preocupe. Es lo que tienen las fiestas que a veces si no se controla… -dijo Eugenia tratando de dar naturalidad a la situación.


John, que se dio cuenta del estado de embriaguez de Martín, y pensando que se encontraba en una situación comprometida, quiso echarle una mano.


-Si quiere podemos acompañarle a casa.- 


Se ofreció amablemente John, a lo que rápidamente Eugenia contestó:


-No se preocupe, yo misma le acompañare


Y Martin sentenció:


-Sí, no se preocupe John,  Eugenia cuidará de mi si es necesario -y tras decir esto sonrió -



A John le pareció rara la compañía que se había buscado Martín,  pero no tenía motivos para desconfiar de ella y casi lo vio normal. Por tanto se despidió de ambos y se marcho junto con su esposa a casa.


La pareja de solteros aun aguantaron unos minutos más en aquella barra hasta que Eugenia convenció, sin mucho esfuerzo, todo sea dicho, a Martin para marcharse.


Salieron juntos y cogidos del brazo, como si de un matrimonio se tratara. Eugenia agarraba fuerte el brazo de Martin, orgullosa de su victoria aquella noche y Martin se cogía fuerte también, más que nada por miedo a caer al suelo pues el mareo y la desorientación que ya habían aparecido.


Eugenia cumplió con la promesa de acompañar a Martin aquella noche como había dicho a John, salvo por un detalle, y es que en vez de ir a casa del Doctor, lo llevó a su propia casa.



De lo que ni Eugenia ni Martin se dieron cuenta fue de  la presencia de uno de los vecinos de lago-jardín que casualmente llevaba el mismo camino que ellos. El único testigo del preludio de la trama que Eugenia empezaba a tejer alrededor de Nai,  y que comenzaba a fraguarse esa misma noche.

 






Texto: Minichico
Fotografía: Minisantonia

13 comentarios:

  1. Esta "señora Eugenia" es una sinvergüenza , y el doctor Martin un bobalicón que se deja engatusar .... me estoy poniendo de los nervios ,y la señorita Nai , no es capaz de echarle un par de ...., tonta que si te gusta el chico no te lo dejes pisar.
    Bueno , la historia genial (jejeje es un buen culebrón) , pero la puesta en escena es una maravilla
    FELICIDADES.
    Besos Loly

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  2. ................Sin palabras... (toy con la boca abierta)

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  3. ¡Qué guapísimos todos!!! Los vestidos una maravilla y la nueva chaqueta del doctor muy elegante. El escenario me ha hecho sentir como si estuviera allí, auténtico, la barra, la pianista, el violinista. ¡Has creado un ambiente único!! Y de la historia...¡Estoy que rabio!!!
    La verdad es que el doctor se ha comportado como casi todos los hombres ante una mujer fácil: dejándose cegar por ella jajaja. Enhorabuena!!! He pasado un rato genial!!!

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  4. vaya con Eugenia, menuda pieza que esta hecha , las fotos estan muy bien y los personajes todos estupendos

    besitos

    Mari

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  5. La puesta en escena fabulosa. Nai celosilla y Eugenia que nos ha salido más avispada sacando provecho de la situación, que loba..... jajaja.

    Besos. Mª Jesús

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  6. Cuanto intríngulis ¿que pasará en casa de Eugenia? jajajja.
    Fantásticas fotos y montaje.

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  7. Y yo aqui ''enganchao'' vaya rata de eugenia, y el vecino misterioso... y vaya tonta Nai y el doctor vaya nervioos ...
    Pero preciosa escena e historia Enhorabuena

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  8. Hola, ya veo que Eugenia va a complicarle la vida a Martín. Es una vivora... Pobre Nai, ahora tiene celos. Suele pasar. Quien no corre vuela. Me encanta la ropa tan elegante que llevan todos. El salón de baile es súper bonito. Las ultimas fotos viendo se la fachada de la casa me encanta. El argumento es maravilloso. Tiene estilo y engancha. Gran trabajo. Seguimos en contacto

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  9. quelle histoire ! Impressionnant, le décor et le grand nombre de personnages !
    rosethé-Minima

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  10. Vaya, vaya, esto empieza a complicarse. Vamos a tener muchas emociones por lo que veo.

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  11. Scene favolose! E bella festa!!
    Ciao Faby

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  12. Vaya tía mala!!!Y Nai nada más que pensando en las buenas formas,si es que no se puede ser tonta,hay que ir a por todas cuando se trata del hombre que te gusta

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