LA MEJOR DEFENSA... UN BUEN ATAQUE
Eran las 9:30 de la mañana. Doña
Manuela estaba en el salón cuando escuchó ajetreo en la habitación de Nai. Le
extrañó y quiso echar un vistazo para asegurarse de que todo estaba bién. Asomó
la cabeza y miró directamente hacia la cama. Estaba vacía. Buscó con la mirada
por toda la estancia hasta localizar a Nai en el otro extremo de la habitación
completamente vestida.
-Pero niña!! ¿Que haces?
-Voy a salir.-Contestó Nai muy
animada.
-Pero, ¿Te encuentras bien?
-Si, me encuentro mucho mejor
Manuela. No creo necesario estar todo el día en cama y voy a salir. Tengo cosas
que hacer.
Nai se dirigió hacia la puerta
dispuesta a abandonar la habitación ante la atónita mirada de Doña Manuela,
quien, si bién estaba preocupada ante la actitud de la joven, también sentía
satisfacción por verla tan animada.
Antes de abandonar la casa Nai se
dirigió de nuevo a la anciana para tranquilizarla.
-No se preocupe Manuela, de verdad que estoy bien.
Y después añadió…
-Ah, por cierto, aunque el aun no
lo sabe, esta noche cenaré con el Doctor Marin. ¿Me ayudaáa usted con los
preparativos de la cena?- Dijo Nai mirando a Manuela y juntando las manos en
señal de suplica.
-Siii. -Dijo Manuela contenta de
ver la posibilidad de que los jóvenes volvieran a estar juntos- Por supuesto.
Será un placer!
Nai se acercó a Manuela y la besó
en ambas mejillas mientras decía.
-Gracias. No se que haría sin
usted!- Y dicho esto la joven hizo el amago de salir de la habitación.
-Espera Nai. ¿Dónde vas? – dijo
la anciana intrigada
Nai se giró y miró fijamente a
los ojos de Doña Manuela. Después sonrío y dijo con voz traviesa.
-A Vistiendo Sueños
.......................................
Antes de dirigirse a Vistiendo
Sueños, Nai decidió pasar primero por la
consulta de Martin con la intención de invitarle a cenar.
Entró en la consulta y vio que no había mucha gente;
tan solo una pareja de ancianos que esperaba su turno en la sala de espera, y
la paciente que Martin atendía en ese momento. Aunque el orden era evidente,
Nai quiso ser educada y pidió la vez.
-El último por favor.
-Usted misma - respondió el
hombre.- Nosotros no venímos a consulta, sino a por recetas, y el doctor Martin
no las da hasta las 12:00. Así es que es usted la siguiente, joven.
Nai sonrío y se alegró de no
tener que esperar mucho tiempo para hablar con Martin. Buscó asiento y antes de
sentarse cayó en la cuenta de algo que le extrañó. Volvió a mirar a los
ancianos y preguntó.
-Perdonen!
-¿Si joven? – dijo el anciano
-Si el doctor Martin no da
recetas hasta las 12:00, ¿Porqué están ustedes aquí tan pronto?
Y entonces uno de los ancianos,
concretamente la mujer, contestó algo molesta, como si la razón fuera tan obvia
que tener que explicarlo le resultara casi como un insulto.
-Pero bueno, ¿sabe usted, joven,
lo que se tarda en dar recetas?
Y sin darle tiempo a contestar la
anciana prosiguió
-Nada. Un segundo apenas.¿De que
nos sirve tener una consulta tan nueva si no podemos disfrutarla? Así es que
venímos pronto para estar un rato aquí sentados. ¿Comprende jovencita?
Nai no supo que decir, le hizo
gracia la explicación de la señora y aunque no lo entendía muy bien, asintió
con la cabeza y trato de no buscar explicación.
A los pocos minutos la paciente
que estaba dentro salió de la consulta. Nai entro y cerro la puerta tras de si.
Martin no se había percatado de la presencia de Nai pues estaba distraído
recogiendo el historial de la paciente anterior.
-Pase y siéntese.-Dijo Martin sin
llegar a levantar la cabeza.
En vista de la distracción del
medico, Nai decidió llamar su atención.
-Martin!!!
Entonces alzó la cabeza y se
sorprendió de ver a Nai allí mismo frente a el.
-Nai!!, pero..Pero ¿que haces
aquí?
Rápidamente se levanto, dio la
vuelta a la mesa y se situó frente a ella.
-¿Te encuentras bién? Deberías
estar en la cama.
-No, no Martin, me encuentro bien, de verdad.
-¿Seguro?.- preguntó Martin más
calmado.
-Si. Necesitaba que me diera el
aire, y quise venir a verte, pero me encuentro bien, de verdad.-Volvió a
repetir la muchacha.
-Este bien. Está bien. No
insistiré. Pero si lo que pretendes es ponerte a dar clases ya mismo, la
respuesta es no.
-Perooo
Martin se volvió a su mesa
mientras continuaba diciendo
-Te conozco Nai. Y sé a qué has
venido. Quieres saber si ya puedes dar clases ¿no es así? Y la respuesta es que
aun no.-Concluyo Martin al tiempo que se sentaba de nuevo en su mesa.
-Pero Martin ya me encuentro
bien. Puedo volver al trabajo.
El doctor miró a la joven,
entendía su necesidad
-Está bien. Haremos una cosa, te
echaée un vistazo, y yo decidiré si ya estas recuperada. Pasa dentro. -dijo
señalando la parte interior de la consulta -
Nai se dirigió hacia donde se
encontraba la camilla y se apoyó en ella. Miró a su alredor observando aquel
lugar lleno de medicinas, aparatos y utensilios que no sabía para que servían
y que incluso, algunos de ellos
asustaban.
Entonces Martin le dijo que se
subiera la manga de la camisa para ver su presión arterial.
-Quiero pedirte disculpas. –Dijo
Nai con voz clara y directa.-El otro día, no me porté bien contigo.
Martin la miró y sonrió.
-No importa Nai. Olvidémoslo
Después cogió el fonendo y le
pidió a Nai que se desabrochara un poco la camisa para poder auscultarla. A
ella le hacía gracia todo aquello. El la trataba con mucha delicadeza y eso le
gustaba. Se sentía como una figurita de cristal en sus manos.
Cuando el frío aparato tocaba su
pecho sentía cosquillas y se reía ligeramente, lo cual hacia que él la viera
mucho más dulce y encantadora de lo que de por sí la veía habitualmente.
-¿Y con eso se escucha el
corazón?-pregunto Nai.
-Si, así es
-¿Y que dice? ¿Qué dice mi
corazón?
-Dice. Pum..pum…pum..Pum -
Contesto Martin casi riéndose.
-Yo creo que no dice pum..pum
Martin. Escúchalo. Escúchalo bien Martin, pon atención.
El le siguió el juego y volvió a
escuchar su corazón mientras simulaba una postura como poniendo más atención.
Entonces, para su sorpresa, ella dijo muy flojito pero lo suficiente como para
que el lo escuchara.
-Mar…tiiiin…..Mar…tiiiin….Mar…tiiiin
Martin la miró, se quitó el
fonendo y le sonrió. Deseaba besarla, pero se contuvo. Estaba un poco nervioso,
nervioso y contento a la vez, porque le había perdonado. Le sudaban las manos y
las palabras no salían de su boca. Finalmente intentó disimular dando el
resultado del examen.
-Ehh ...bien ..Je je..Ehh..Bueno
Nai. Es cierto que estás mucho mejor. Y que salgas a que te de el fresco te
vendrá bien, sin duda. Pero no podrás empezar las clases hasta pasado mañana.
¿Esta claro?.Quiero asegurarme. Si entre hoy y mañana no tienes ninguna recaída
significará que todo habrá pasado.
-¿Y la dieta?-Preguntó Nai
mientras se incorporaba
-Ah es cierto, bien, ya puedes
volver a comer de todo. Pero con moderación Nai, ¿entendido?
-Estupendo, porque…ésta noche
tengo una cita y quiero preparar algo especial.
Martín se dio cuenta de que
aquello era una invitación, sonrió y le siguió el juego.
-¿Una cita? Vaya… debe ser con
alguien importante ¿no?
-Oohh sii de los mas importantes
Doctor
-Seguro que es un hombre muy muy guapo.-Dijo
Martin casi riéndose.
-Hummm si, de los mas guapos del
pueblo. Ja ja ja
Entonces Nai se acerco a el y
suavemente se colgó de su cuello para finalmente invitarle a cenar.
-Quiero que cene conmigo esta
noche Doctor Martin.
-Será todo un placer, señorita
Nai - Dijo Martin mientras pasaba sus brazos alrededor de la cintura de ella -
-Me quedaría así todo el tiempo.
Pero tengo que irme. Tengo que hacer compras.-Dijo Nai agarrándose mas al
cuerpo de Martin.
-Lo sé. Y yo tengo que hacer
recetas.
-Todavía es pronto no prives a
esos ancianos de media hora mas del maravilloso espectáculo de una sala de
espera vacía. –Dijo Nai sonriendo
A ambos les costo separarse pero
finalmente Martin volvió a sus obligaciones y Nai salió de la consulta en
dirección a su próximo objetivo. Vistiendo Sueños.
…………………
Nai agarró el tirador de la puerta
principal de la tienda de Vistiendo Sueños. Cerró los ojos y respiró
profundament,e como el torero que esta a punto de saltar al ruedo.
Después
empujó la puerta y se dirigió con paso firme y decidida hacia Clara, la
dependienta, que al verla venir, sonrió y dijo.
-Señorita Nai, usted por aquí.
Que sorpresa. ¿Cómo se encuentra?
-Mucho mejor gracias. -Contesto
Nai muy amable-
-Cuanto me alegro. Sin duda es
una buena not…
Las palabras de Clara fueron
interrumpidas por la aparición repentina de Eugenia, que, sin haberse percatado
de la presencia de Nai en la tienda, se disponía a colocar algo de género nuevo
en el escaparate.
Cuando Eugenia alzo la cabeza y
la vio quedo paralizada. No supo reaccionar y Nai entendió que ese era el
momento de tomar la iniciativa.
La miró fijamente a los ojos y
después sacó la más forzada y falsa de sus sonrisas, para después, y como ya
hiciera Eugenia en su casa, mostrarse con una exagerada actitud de amistad.
-Eugeniaaa!!!, que ganas tenia de
verte!!!-Dijo Nai alzando la voz y dirigiéndose a ella para darle un efusivo
abrazo acompañado de un beso.
Eugenia no entendía nada y seguía
sin reaccionar. Continuaba tiesa, mirando a Nai y sin saber que decir.
-Mira!! Ves?? Ya me he recuperado!!
-¿Ah si? – logró balbucear la
dueña de la tienda -
-Siii, y ¿sabes?, estaba deseando
venir a verte para agradecerte en persona lo buena que has sido conmigo y lo
bien que te has portado.
-Ehh ya..Si…claro.
Eugenia notaba la falsedad e
ironía que Nai transmitía, sin embargo en su cabeza aun existía la duda de si
aquello era un papel o si ciertamente Nai era la típica niña tonta que se había
creído en verdad la actuación que ella misma representó en su casa.
-¿Y sábes que Eugenia?-prosiguió
Nai efusiva.- He pensado mucho en lo que me dijiste. Y tienes razón, voy a
seguir tu consejo. ¿Qué te parece?
-¿Consejo? ¿Que consejo?
-Voy hacerle un regalo a Martin
para agradecer sus cuidados. Como tu misma me dijiste. Y es mas, tú vas
ayudarme en ello Eugenia. ¿No te parece maravilloso?
-Ehh si claro, claro.
En ese momento Nai dejo de mirar
a Eugenia y empezó a pasearse por la tienda fingiendo que miraba todo lo que
allí había, como buscando algo apropiado. Eugenia no la perdía de vista.
Durante unos segundos reinó el silencio, hasta que finalmente Eugenia se armo
de valor y aun temiendo la respuesta preguntó.
-Y..Bueno ¿como podría yo
ayudarte?
Nai que no dejaba de mirar cada
uno de los artículos expuestos, pensó que era el momento esperado. Ahora tocaba
dar la estocada final. Así, y sin necesidad de volverse para mirar a Eugenia,
dijo.
-Bueno, tienes una tienda muy
bonita Eugenia. Veras, esta noche el Doctor Martin vendrá a cenar a mi casa…
Y tras una pausa, esta vez si, se
giro hacia Eugenia, la miro fijamente a los ojos, sonrío como quien esta a
punto de ganar una dura batalla y dijo…
-Dime Eugenia…¿Qué tienes en
lencería?
Eugenia sintió el golpe mortal.
La rabia se apoderó de ella cambiando la expresión de su cara, una imagen que
contrastaban con la de Clara, que, a tan solo metro y medio de ella, tuvo que
hacer verdaderos esfuerzos, hasta el punto de tener que llevarse la mano a la
boca, para evitar …….. Una sonora carcajada.
Texto: Minichico
Fotografia: Minisantonia
Así me he quedado yo, con la mano en la boca, bueno, bueno con Nai, como se la ha devuelto a Eugenia, pero Antonia como nos dejas así, ya espero con ansia un nuevo capítulo.
ResponderEliminarUn beso
Sonia
Ha !! que me he quedado con ganas de mas . Bien por Nai , la petarda de Eugenia ya se merecia que le diera un escarmiento .
ResponderEliminarBesitos
bueno , parece que al fin Nai va a espabilar ,me alegro mucho
ResponderEliminarestoy deseando ver como termina esa compra
besitos
Mari
Bueno, bueno, bueno. Eres fabulosa contando historias, y.... me has hecho sacar los colores al acordarte de mi, con lo que ya sabemos las dos. Gracias y quedan fenomenal.
ResponderEliminarAla ....y nos dejas asi? pero cuanto maja se ha puesto Nai para ir a ver a su amor.... bueno, bueno a ver como sigue !! no tardes!! besos
ResponderEliminarBellissima questa storia a puntate, chissà come va a finire! Mi piace la figura di Nai. Ciao Manu
ResponderEliminarWow, esto está que arde! Queremos más
ResponderEliminarHola: ya veo que Nai se recuperó con muchas fuerzas de su recaída... y va a por todas... Me encanta esa venganza que se sirve en plato frío en la tienda con Eugenia... Fantástico... En la consulta del doctor me gustan mucho todos los aparatitos y la camilla que tiene. Es muy real... Espero que Eugenia no le cree problemas y deje a Nai a a Martín comenzar una relación amorosa.... La decoración de todas las estancias me ha encantado así como el tocado del pelo que lleva Nai... todo con mucho lujo. No quiero olvidarme de felicitar a Minichico por esos diáologos tan vibrantes y llenos de realismo... Seguimos en contacto
ResponderEliminarQue enganchada estoy a est historia!!!!!,esto pinta muy bien....entre Martin y Nai,espero intrigada el siguiente capitulo.
ResponderEliminarBesos Toñi.
Anubis.
Vaya vaya, esto pinta muy bien. Así se hace.
ResponderEliminarToma narices Eugenia!!!! te lo mereces por viborona, jejejeje. Genial el capítulo, lo empiezas a leer y no puedes parar... esto se pone al rojo vivoooo!!!!
ResponderEliminarBesos a los dos
¡Genial!!! Me ha encantado la reacción jajajaBesazos.MN
ResponderEliminarBravo, Nai!!! hay que luchar por lo que se quiere y algunas se van a poner verdes de envidia jaja.. rapido el proximo capitulo .Besos santiaga
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarEs genial!! Menudo culebrón!! No acabarán de los pelos, verdad? A mi sí se me ha escapado la carcajada al final!!
Besos, Helena.
Bueno con Nai!!!!Menudo cambio!!!!Eso le ha estado muy bien a la víbora de Eugenia,jajaja!!!!Un beso
ResponderEliminar¡menudas agallas tiene la Nai!!!! Si es que cuando las maestras nos ponemos.... no hay quien nos gane.
ResponderEliminar¡Bien por ella!