LA CENA (1ª PARTE)
-Díganos, señorita Nai ¿Cómo una mujer joven como usted ha terminado
en un pueblo como este?
Pregunto Mery Anne sonriente, ya que
Lago-Jardin era un pueblo casi apartado del mundo, tranquilo y que, al
contrario que sucedía con sus vecinos actuales, es decir, personalidades con
cierto estatus conseguido a lo largo de los años, lo cierto es que poco tenía que ofrecer a
jóvenes con todo un futuro por delante. Era por tanto más normal que la nueva
profesora de Lago-Jardin fuera una mujer
con experiencia, y entrada en años. Una
mujer en el final de su carrera. El pueblo era un lugar ideal para una
profesora como el ultimo escalón antes
de la jubilación; por tanto, la llegada de una mujer joven era motivo de
curiosidad.
-Provengo también de un pueblo
pequeño. Un pueblecito en la
sierra. Pero me traslade a la ciudad con mi tia para estudiar
y luego dar clases. Después se me presento esta oportunidad y no quise
dessprovecharla.
-Estoy segura de que aquí se
sentirá muy bien - dijo la señora Marhuenda.- Además, este pueblo necesita
un aire de juventud. La llegada de gente joven hará que el pueblo tenga mas
vida. Aquí encontrará buenas amigas ya lo vera.
-Y por lo que sabemos buenos
amigos- Apunto Matilde. –Tengo entendido que conoce al Dr Martin, otro vecino
nuevo.
-Si, es cierto, fue el quien me
ayudo en mi llegada. Es un hombre muy amable
Todas se miraron entre si con
una media sonrisa. Nai no le dio importancia, incluso le hizo gracia pensar que
era otra inocente broma de las veteranas del pueblo hacia la recién llegada
Mery Anne tampoco quiso que su
invitada se sintiera incomoda y trato de cambiar el tema y no hablar sobre el
joven, guapo y soltero Doctor Martin.
-No les haga caso. Ya sabe como son los pueblos
pequeños y sus cuchicheos. Y aquí mis amigas son expertas en eso - volvió a bromear
la anfitriona de la casa. -¿sabe que nos acompañara en la cena?
Nai se quedo sorprendida,
compartir mesa con el nuevo doctor la ponía un poco nerviosa aunque en el fondo
agradecía lo posibilidad de volver a verlo, tendría la oportunidad de conocerlo
un poco más.
(Mientras tanto, en la
biblioteca…)
Jonh, Pedro, el señor Marhuenda
y por supuesto el Dr Martin como invitado especial, estaban a punto de iniciar un
debate que a diferencia del acontecido entre las damas, iba a tener cierta
tensión añadida.
El señor John , por ser el
anfitrión, sabia de su papel como moderador, así pues, fue el quien dio pie al
debate.
-Dr Martin creo que hablo en
nombre de mis colegas, al decir que estamos muy contentos de tener por fin un
servicio medico en Lago-Jardín, así como el propio hecho de que haya usted aceptado
la invitación a la cena para poder conocerle personalmente.
-Es todo un placer señor John.-Dijo
Martin educadamente.
-Aunque. -continuo diciendo
John. -A pesar de que todos los vecinos del pueblo estén contentos con su
llegada, eso no impide que hayan ciertas discrepancias.
Martin se quedo parado pues no entendía
a donde quería ir a parar el señor John.
-¿Que quiere decir John? ¿A que
discrepancias se refiere?
En ese momento el señor Marhuenda
intervino.
-Vera usted Dr Martin, no es mi
intención enojarle, créame, nada mas lejos de mi intención. Es usted el
invitado de mi amigo y colega John y no tengo nada en contra de usted. Incluso
estoy seguro de que es todo un profesional en un su trabajo…Pero eso no impide
que tengamos nuestras propias ideas o pensamientos que nos llevan, como
personas razonables que somos, a discrepar de ciertos aspectos de su profesión.
El Dr Martin en ese momento se
dio cuenta de que estaba más perdido que nunca. A si es que contesto.
-¿Y puedo saber que clase
de discrepancias son esas?
Pero el señor Marhuenda no supo
como responder sin riesgo de ofender al Dr Martin.
-Bueeeeeno, yooo..tampoco quise
decir….queeee..
En vista de que la situación se
estaba embarullando, Pedro intervino para echar un cable a su amigo, diciendo.
-Dr Martin, lo que mi amigo y
colega quiere decir es que la llegada de un medico al pueblo es una gran
noticia, pero que en su opinión esta algo..¿como decirlo?.. falta de personal.
Eso es - terminó de decir Pedro casi esbozando una sonrisa.
Martin no acababa de entender
aquello, y quiso abordar el tema directamente con el señor Marhuenda girándose
hacia el y diciendo.
-Señor Marhuenda, lago-Jardín
es un pueblo de muy pocos habitantes, creo que mi presencia será más que
suficiente para cubrir todas las necesidades medicas que el pueblo requiera.
Entonces John expuso
directamente el problema para evitar más rodeos.
-Dr Martin, mi amigo el señor
Marhuenda, es un hombre de tradiciones y costumbres. Y en su opinión cree que las mujeres de este pueblo deberían
ser atendidas por personal femenino.
El Dr Martin, por fin, entendió de qué iba todo aquello,
y se sintió ofendido por las ideas del señor Marhuenda. Se dirigió de nuevo a
el y manteniendo la calma aunque algo molesto dijo.
-Señor Marhuenda, entiendo de las costumbres a las que John hace referencia con respecto a usted. Y
las respeto créame, no es usted el único
que tiene esas ideas se lo aseguro, sin embargo, debe usted entender, que no
puedo dejar de calificar esos pensamiento más que de estúpidos.
Al decir la palabra “estúpidos”
todos quedaron sorprendidos, pues no esparaban un calificativo tan claro y tan
director hacia el señor Marhuenda quien pasados unos segundos de total silencio
reacciono de manera muy alterada…
-¿Pero como?, ¿me esta usted
llamando estúpido Dr Martin?
-No digo que sea usted estúpido, pero si sus ideas.
Marhuenda se sentía insultado
por el Dr Martin, pero el hecho de que Martin fuera el invitado de John, le impedía
montar una escena o al menos responder como a el le hubiera gustado.
John se dio cuenta de que el
debate se le estaba yendo de las manos y decidió arbitrar poniendo calma.
Entonces y haciendo uso de su habitual y
muy Británica paciencia dijo.
-Señores por favor, mantengan
la compostura!!
Después miró a Martin y trato
de defender a su amigo.
- Dr Martin, no olvide que las
costumbres del señor Marhuenda no son exclusivas. Que mucha gente piensa de ese
modo. Estoy seguro que usted en su profesión ya habrá vivido situaciones
referentes a este tema. Y, por tanto que
estará acostumbrado. Por favor, no se
enoje.
Tras un silencio John
prosiguió.
-Ruego disculpe a mi amigo si
le ha ofendido con sus comentarios. Y le pido sea comprensivo y tolerante con
sus tradiciones.
El Dr Martin se dio cuenta una
vez más que John le llamaba a la
calma. Era su invitado y no quería ofenderle. Sin embargo
estaba harto de que la gente pusiera en duda su profesionalidad con ideas que
el consideraba de otro siglo.
Una vez calmado, Martin quiso
decir algo a todos los presentes.
-Señores. Déjenme que les cuente
algo.
Los tres amigos se miraron
entre si y afirmaron con la
cabeza. Pedro, John y Marhuenda se acomodaron en sus sillones correspondientes, copa en
mano, y se prepararon para escuchar lo que Martin tenía que decir. Martin comenzó
a pasear por la estancia al tiempo que comenzaba a hablar…..
-Caballeros, hace muchos años la
ciencia médica no se entendía como tal. Aquellos que la practicaban eran
acusados de brujos y perseguidos hasta la muerte por ello. Sin embargo, y en
contradicción con aquellos hechos, lo cierto es que el ser humano, desde que
tiene uso de razón, ha buscado sin descansar soluciones para aplacar el dolor.
Y más tarde, también, la propia
curación. Es, por tanto, un acto innato del ser humano la búsqueda de la propia supervivencia de la especie. Y la medicina,
señores, no es mas que un camino en dicha búsqueda.
_ Señores, hasta hace muy poco
años la gente moría por enfermedades que hoy se curan con apenas tratamiento.
Ese don, esa suerte que tenemos, se la debemos a todos aquellos que a través de
la historia han dedicado sus vidas a la sanación en bien de la propia humanidad.
Incluso llegando a sacrificar sus propias vidas por ello.
Rechazar lo que hoy tenemos por
el motivo que sea es una falta de respeto a todas aquellas personas que
quedaron en el camino. Y no me refiero solo a aquellos que perecieron por ser
perseguidos y ajusticiados en nombre de la religión u otras causas, sino a
millones de personas que murieron porque no les llego a tiempo la medicina que
hoy tenemos por culpa de tantos años de
retraso debido a prejuicios como los que hoy debatimos aquí.
Los tres colegas escuchaban con
gran expectación la explicación del Dr Martin quien, tras hacer una pausa paradar
un sorbo a su copa de brandy, se dirigió
directamente al señor Marhuenda y continúo diciendo.
-Señor Marhuenda debemos ser
conscientes de la suerte que tenemos hoy en día. Rechazar la medicina por
cualquier escusa es un absurdo y un freno a la evolución humana. Sin embargo,
señor Marhuenda, yo soy tolerante. A fe que soy tolerante, pues a pesar de todo
lo dicho puedo entender y hasta comprender que hoy día existan personas que
rechacen la medicina por diversos motivos. Motivos como el desconocimiento,
motivos religiosos, simplemente porque no se crea en ella o incluso tal vez por
miedo, señor Marhuenda……Pero… ¿por pudor?...¿POR SIMPLE PUDOR?. -dijo alzando la voz y con expresión de
indignación para continuar diciendo mucho mas calmado.- Rechazar la medicina por
pudor, señor Marhuenda, es simplemente un acto estúpido. Créame.
John, Pedro y el propio
Marhuenda quedaron impresionados y sin palabra alguna ante la elocuente
explicación del Dr Martin. Reino el silencio durante unos segundos. Entonces
Marhuenda dejo su copa en la mesa, se levanto y se dirigió hacia el Dr Martin
con gesto serio y decidido. El señor Smitz, aun inmerso en la sorprendente
locución del Dr Martin, no pudo reaccionar a tiempo y temió la posible reacción
de Marhuenda. Podía ser capaz de cualquier cosa.
Entonces cuando Marhuenda se
situó a escasos centímetros de Martin y con cara de pocos amigos, respiro hondo,
saco pecho y acto seguido dijo.
-Hoy he venido aquí, a casa de
mi buen amigo Smitz a conocer a un medico, sin embargo y con gran sorpresa no
solo he conocido a un doctor sino a una gran persona y a todo un caballero.-Y
ofreciendo su mano al Martin continuo diciendo- espero sea capaz de disculparme
y de aceptar mis disculpas por haber dudado de su innegable profesionalidad.
El Doctor Martin estrecho su
mano al tiempo que decía.
-Disculpas aceptadas, y quiero
que sepa usted, señor Marhuenda, que si su esposa algún día necesita de mis
servicios, usted podrá estar presente durante todo el tratamiento, siempre y
cuando no entorpezca mi trabajo.
El señor Marhuenda miro de
nuevo al Dr. Martin con expresión seria, y algo indignado comento.
-Ahora si me insulta usted
joven Doctor. Pues esa invitación no será necesaria, ya que cuando mi mujer
visite su consulta, no tendré ninguna duda de que esta en buenas y
profesionales manos.- y tras hacer una pausa y sacar una gran sonrisa continuo
diciendo.- Y ahora, si me hace usted el honor, me gustaría compartir mi asiento
en la mesa junto a usted.
-El honor será mío – respondió
Martín –
Y dicho esto ambos se dirigieron
al comedor para compartir la
cena. Habia nacido una nueva amistad.
Mientras tanto, Jonh y don Pedro no salían de su asombro pues no
recordaban haber visto pedir disculpas al orgulloso de su buen amigo Marhuenda.
Don Pedro dejo su copa vacía, se levanto
y se dispuso a despedirse de Jonh pues esta vez ni el ni su esposa podían
quedarse a cenar, como era habitual. Jonh, que aun mantenía la sorpresa en su
rostro por lo que acababa de ver se levanto y junto a Don Pedro se dirigieron
a la puerta que daba al comedor; Una vez allí, y antes de cruzar el umbral ambos se
despidieron.
-Un vez más nos abandonas
querido amigo.
-Lo siento, ya sabes que me es
imposible. Disfruta de la cena, promete ser interesante.- Don Pedro miro el
rostro de Jonh y contnuó diciendo- A juzgar por tu cara parece que la locución
de nuestro doctor te ha sorprendido como a todos ¿no?.
Jonh Smitz miro a su amigo, y
quiso ser tajante.
-No mi querido amigo, no es la
locución lo que me deja sorprendido.
-¿Entonces?..¿que es?.
Y el Sr. Smitz miro al infinito
diciendo -
-Que no es británico…..Lo que
me sorprende es que no sea británico……
Qué lindo blog!! Te felicito!!!
ResponderEliminarSaludos!
Hola Antonia,
ResponderEliminarMe encanta su historia. Es una maravillosa manera de mostrar su increíble colección.
Abrazo grande,
Giac
veo que la historia sera entretenida , espero pronto el siguente capitulo
ResponderEliminarbesitos
Mari
Muy bonito, de verdad. No sólo tus minis son preciosas... también tus historias
ResponderEliminarEsperamos impacientes el próximo capítulo!
Besos
Sucari
Que interesante se pone esta historia, sigo esperando al próximo capítulo...por cierto, me ha encantado el vestuario de los protagonistas Toñi. Besitos
ResponderEliminarHola: me gustan las preguntas que le hacen las señoras a la profesora y esa reflexión de que el pueblo necesita a gente joven. Pobre profesora menudo interrogatorio le hacen todos... El salón se ve precioso y elegantísimo. La zona de hombres también es maravillosa. La ropa que lleva el doctor es perfecta y creo que les dá un buen discurso al resto de los invitados sobre su profesionalidad. Seguimos en contacto
ResponderEliminarMe ha encantado este capítulo sobre todo la parte de el debate que se abrió entre los hombres y como en vez de enfadarse y cada uno tirar por un lado, han sido comprensivos y han entendido la postura de cada uno.
ResponderEliminarNo tiene desperdidcio!!!!... me imagino la motivación que da esto para continuar...
ResponderEliminarBesos
de verdad q entre las historias y la puesta en escena estoy enganchada!!!!!!!!!!!!!!! para cuando el siguiente capitulo???????? ains q nervios!!un besazo
ResponderEliminares una fotonovela!!! como me gusta, espero el próximo capitulo!
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