VISTIENDO SUEÑOS
Clara es su joven dependienta. Eugenia la contrato hace un tiempo, mas como favor personal a unos amigos y como pago de ciertos favores, que por su destreza comercial. Pero Eugenia no se queja, sabe sacarle partido a su empleada, y si bien ella misma podría encargarse de las ventas lo cierto es que la presencia de Clara en la tienda le evita innumerables trabajos costosos como limpiar, ordenar o hacer inventario.
Clara es una soñadora adicta a las novelas de amor. A menudo, cuando no hay clientes, pone los codos sobre el mostrador y apoya la cabeza sobre sus manos, pone la mirada fija en la calle a través del los cristales del escaparate y sueña. Sueña despierta en ser una de las protagonistas de esas historias de amor que tanto le gustan. Sueña con ser la amada de un hombre apuesto y elegante que la saca de su aburrida vida para llevársela a un mundo lleno de amor y felicidad. Últimamente Clara le ha puesto rostro a ese hombre de sus sueños, el Doctor Martin. Aunque aun no lo conoce personalmente si es verdad que lo ha visto pasar alguna que otra vez por delante de la tienda mientras ella estaba dentro. Clara sueña con conocerlo algún día, con que entre en su tienda se enamore de ella y la bese apasionadamente.
La mente de Clara estaba sumida en uno de estos sueños mientras una sonrisa, casi melancólica, se reflejaba en su cara cuando de repente dicha sonrisa se desvaneció, dando paso a una expresión de sorpresa al comprobar que el mismísimo Doctor Martin se dirigía precisamente hacia la tienda. Cuando Clara quiso reaccionar Martin ya se encontraba en el mostrador frente a ella.
-Buenos días –se presento educadamente Martin-
-Bu..bu..buenoss..di..dias señor..¿como puedo besarle?.. digooooo ¿cómo puedo ayudarle?-Contesto Clara notablemente nerviosa y deseando que se la tragara la tierra por el ridículo que estaba haciendo-
Martin no le dio importancia a tal nerviosismo y quedo cayado, silencio que aprovecho clara para tranquilizarse, respirar hondo, tragar saliva y decir algo mas calmada.
-Perdón, ¿en que puedo ayudarle?
-Dentro de un par de semanas es el cumpleaños de mi madre, me gustaría hacerle un regalo.
-Estupendo, seguro que aquí encuentra algo que le guste. Dígame, ¿busca algo en especial?
Martin no tenia mucha idea de que comprarle a su madre y Clara le aconsejo que una sortija o un colgante seria un regalo elegante.
Mientras tanto, en el piso de arriba, Eugenia, la dueña, que había oido entrar a algún cliente, escuchaba con atención la conversación entre Clara y Martin y al darse cuenta de que era el ya famoso y joven Doctor quien había entrado en su tienda y deseosa de poder conocerlo en persona, bajo rápidamente con la intención de abusar de su condición de jefa y arrebatarle así el cliente a su joven empleada. Así pues Eugenia apareció ante Martin y Clara, e interrumpiendo la conversación que estos tenían sobre colgantes y joyas, se presentó directamente a Martin.
-Buenos dias, soy Eugenia la dueña de la tienda. ¿Es usted el nuevo Doctor, no es cierto?, tenia ganas de conecerle.
-Oh, si, soy yo, gra…
Pero antes de que Martin pudiera seguir hablando Eugenia se giro hacia su empleada y con gesto serio y voz de mando la hizo poco menos que desaparecer.
-Clara, bonita, ves arriba a hacer el inventario, yo me ocupare de atender al señor Martin.
A Clara no le sentó nada bien que su jefa la tratara con tan poco respeto delante del cliente, por eso a pesar de no contradecir a su jefa y acatar aquella “orden” sin protestar, no se molesto tampoco en disimular la cara de enfado que se le puso.
Eugenia esperó que Clara saliera de la estancia para volver
a girarse hacia Martin y continuar hablando.
-Discúlpela, ya sabe como son
los jóvenes.
-No se preocupe, conmigo ha
estado muy amable.
-Bien… y…dígame… ¿un regalo
para su madre verdad?
Eugenia se hizo cargo de la atención y venta de Martin que finalmente se decidió por comprar un anillo. La mujer envolvió el regalo al tiempo que le comunicaba la noticia de la semana.
-¿Ira usted a la fiesta?
-Fiesta, ¿Qué fiesta? -Pregunto
Martin muy interesado y sorprendido-
-La semana que viene es el día del patrón de Lago-Jardin. Como cada año se celebra un baile en el café del pueblo. Acudirán todos los vecinos, es una buena escusa para hacerse conocer teniendo en cuenta que es usted nuevo en el pueblo.
-No sabía que había una fiesta. Pero siendo el día del patrón supongo que no debo faltar.
-¿Ira solo?
-¿Cómo solo?
-Ya le he dicho que habrá un baile. La gente suele ir acompañada, aunque no es obligatorio claro, yo llevo años acudiendo sola desde que murió mi marido -Comento intentando dar algo de pena a Martin-
-Si, bueno, supongo que iré solo – contestó el medico -
-Aun así, supongo que me concederá un baile… ¿no doctor Martin?- Se insinúo Eugenia con voz picaresca-
-Ja ja…si, supongo que si.- Dijo él sin darle más importancia de la que podría tener un simple baile
Eugenia metió el regalo de la madre de Martin en una bolsa y se lo entrego con una gran sonrisa. Después salio de detrás del mostrador y acompaño a Martin hasta la puerta.
Tras despedirse amablemente el uno del otro Martin se marcho, pero cuando apenas había dado un par de pasos se paro en seco, se giro hacia Eugenia, que aun seguía en la puerta de la tienda observando como se marchaba Martin y pregunto.
-Perdone Doña Eugenia.
Eugenia sonrió al sentirse orgullosa de que Martin se dirigiera a ella.
-¿Si?, dígame.
-¿Sabe usted si la señorita Nai acudirá a esa fiesta?
La sonrisa de Eugenia desapareció de repente y por mucho que ella hubiera querido disimular no habría podido ocultar el rostro de rabia y casi de odio que apareció en su cara al conocer el interés de Martin por Nai. Ella había estado intentando seducir a Martin con el propósito de ir juntos al baile y él no solo no mostró interés por ella sino que, además, dejaba claro su interés por Nai. No, aquello no le sentó nada bien a Eugenia que desde que conociera la llegada del nuevo Doctor había tenido esperanzas de seducirle y conseguir así, quién sabe… un novio con quien compartir su vida.
Eugenia era una mujer acostumbrada a conseguir todo aquello que se proponía a base de perspicacia, insistencia y en ocasiones, si era necesario, con acciones poco dignas. Era capaz de recurrir a cualquier cosa con tal de salirse con la suya, sobre todo, en cuanto a hombres se refería.
El evidente interés de Martin por la señorita Nai dejaba claro a Eugenia que esta vez tendría que recurrir a cualquier treta si quería conseguir su objetivo.
Finalmente y aun con gesto serio en su cara contesto.
-No lo se… supongo…
Martin, sonrió y antes de marcharse volvió a despedirse.
-Estupendo!!! Adiós Doña Eugenia... un placer conocerla.
Después y ante la mirada fija de Eugenia, Martín se marchó, mientras ella entendió en ese momento dos cosas: que Martin habría de ser para ella y que Nai sería la rival a batir.
Una muchacha joven, recatada y forastera no se interpondría en sus planes.
Eso nunca.
Texto: Minichico
Fotografía: Minisantonia
Felicidades por el lujo de entrada que has preparado y por el lujo de la escena, es divina na la falta detalle felicidades:)
ResponderEliminarPreciosa historia, la de hoy, esperemos que no haga nada Doña eugenia en el baile...
ResponderEliminarEnhorabuena es preciosa a ti y a minichico
Guauuu! menuda loba doña Eugenia aunque me parece que no tiene nada que hacer con Martin, ese Martin es mucho Martin y Nai y él se nota que están hechos el uno para el otro,jejejeje Bueno ahora a esperar al baile ¿qué pasaraaaá???
ResponderEliminarFelicidades por la historia a ambos, y esa tienda es espectacular de bonita
Un beso
Wonderful scenes. Great story :))) who will win ? I hope she does not do anything bad to Nai.
ResponderEliminarHugs Maria
Se dejara embaucar el Dr. Martín? puede ser!!
ResponderEliminarBesitos!
Dona Eugénia n'est pas sympathique du tout !
ResponderEliminarEn souhaitant que tout se passe à merveille pour Nai et le docteur. Un joli duo !
La boutique est superbe !
rosethé
Beautiful pictures and wonderful story. It is some lovely woman characters you have chosen. There very power in your story.
ResponderEliminarHugs
Wyrna
Cada vez me gusta mas esta historia,¿que hara Eugenia?,¿como le pedira el doctor a la joven que le acompañe al baile?¿que ocurrira en el proximo capitulo?,deseando estoy que llegue el momento jajajajajajaja,me encanta Toñi,felicidades.
ResponderEliminarAnubis.
Se está poniendo muy interesante, las mujeres despechadas siempre dan juego jajajjja.
ResponderEliminarPreciosa la tienda.
DEsde luego Antonia, vaya trabajazo y por partida doble: el tema de las escenas, con todos los detalles que conlleva, el reportaje fotográfico, etc... y el tema de la historia. Tu tienes una vena de novelista-guionista por ahí oculto, ¿eh? Es una pasada y todo precioso. Seguiré los avances. Un beso.
ResponderEliminarel pobre doctor no va a dar a basto con tanta enamorada , a ver que pasa en la fiesta , que intriga
ResponderEliminarbesitos
Mari
Madreeee este pobre médico que solicitadísimo está, esto se pone interesante!!!
ResponderEliminarBesotes, Teresa
love this story, impatient for the end, who will win? loved the shop as well
ResponderEliminarHola Antonia,
ResponderEliminarMe encanta empezar el día con sus mensajes grandes, divertidas y fotos preciosas.
fuerte abrazo,
Giac
huyyyyyyy
ResponderEliminarjajaja... esto va poniéndose serio ufffffff Pobre doctor, solo ante tres mujeres. ¡Cada vez mejor!!! Me he reido mucho y he disfrutado como una niña con las fotografías. ¡Enhorabuena!!!
ResponderEliminarHola: la tienda es preciosa. Qué cositas tan elegantes tiene a la venta. La bolsita es preciosa. Todo es elegantísimo. Menujo lujo de fotos y escenas haces siempre. En cada una te superas… Ya veo que el doctor Martin está muy solicitado… Eugenia y Mai tendrán que embaucar al doctor…ja, ja… Seguimos en contacto
ResponderEliminarMe habia perdido esta maravilla, espero no perderme nada de la trama.....me encanta.
ResponderEliminarbesitos ascension
Que maravilla, me has dejado con la boca abierta, es precioso. Besitos.
ResponderEliminarhttp://redecoratelg.blogspot.com.es/
Huyuyui, esto promete. Empieza haber rivalidad por el doctor Martín. Ya estoy deseando leer el siguiente capítulo.
ResponderEliminarHuyyyyy que lagarta la Sra Eugenia,jejjjejeje,besitos
ResponderEliminarPobre Dr.Martín,la que se le viene encima!!!!
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