miércoles, 20 de marzo de 2013

LAGO - JARDÍN Capítulo 15


LA ESPERADA CITA



Parecía que nuca se acababan los pacientes; Martín pasó toda la tarde deseando que llegara la hora de terminar. Y por fin, cuando el reloj daba las 19 salía de la consulta el último de ellos.



Martín se quitó la bata y se colocó la chaqueta rápidamente. Tenía varias cosas que hacer y tan solo dos horas hasta la cita. Salió de la consulta alegre, contento, y sobre todo esperanzado. Hoy tenía la oportunidad de decirle a Nai todo lo que ella significaba para él. Y ésta vez nada iba a estropearlo. Todo saldría bien.



Caminó deprisa, y en pocos minutos ya se encontraba en la puerta de la floristería.

La dueña le ofreció un saludo cordial. Ya se conocían. En más de una ocasión había visitado la consulta del doctor; su pequeño diablillo, a veces, llegaba a casa maltrecho por alguna caída, porque no paraba quieto, y algunos puntos de sutura ya se había llevado el pequeño.



- Doctor, que alegría verle por aquí, dígame… en que puedo ayudarle?? – preguntó amablemente la florista –


- Verá Francisca, quiero comprar un ramo de flores – contestó el médico con una sonrisa en la boca- 


- ¿para una mujer? – interrogó Francisca – 


Martín pensó que la floristera era un poco fisgona, a ver que le importaba a ella para quién eran esas flores!,  Aún así, y para no parecer antipático, le contestó con amabilidad.


- Sí, claro, Francisca, para qué si no?



-Pues… podrían ser para decorar el salón, o para llevar a un familiar que falta, y depende de para lo que sean pues aconsejo unas y otras. 


Ahora el médico entendía la pregunta, y se avergonzó un poco por haber pensado que la mujer era una cotilla.


- Bien, pues… - siguió diciendo Francisca – yo le aconsejaría rosas, las rosas rojas siempre gustan y además el ofrecerlas a una mujer es signo de amor. Le pongo rosas Doctor? - dijo con una sonrisilla pícara -



- Si claro Francisca, unas rosas estaría bien.


Momentos después Martín salía de allí con un bonito ramo de rosas con una llamativa envoltura.



Las llevó a casa y salió rápidamente hacia la barbería. Necesitaba un corte de pelo desde hacía ya unos días, y lo había ido posponiendo. 

Fue un error no pelarse cuando debía, ahora a ver si tenía suerte y no había gente y el barbero lo quería arreglar.


Por suerte el hombre ya no tenía clientes y andaba barriendo el local.


- Pepe!  -Dijo el doctor Martín desde la puerta.  Llego a tiempo para que me arregle el pelo!


El hombre miró al médico, después giró la vista en dirección al reloj, y finalmente, y con un gesto de la mano, le indicó que pasara.


- Gracias Pepe, no sabe lo que se lo agradezco – dijo Martín –


- Tranquilo doctor, que hoy tuve el día flojo, no me viene mal tener un cliente más – contestó el barbero –



Y media hora más tarde el doctor Martín marchaba para su casa impecablemente peinado.  


Y después de una buena ducha ya solo le quedaba vestirse.  La mejor camisa y su chaleco nuevo. Se miró al espejo y se dio el visto bueno.



Una botella de vino blanco que guardaba para una ocasión especial, el bonito ramo y listo para la cita.


Ya era la hora. Caminó despacio, respirando hondo, pero deseando acabar con la distancia que lo separaba de Nai.



  Tocó a la puerta…



….......................................................................................




Después de comer Manuela preparó sus cosas para volver a su casa. Nai le agradeció sinceramente todo lo que había hecho por ella en los días en los que se había sentido mal.


La buena mujer estuvo  en todo momento a su lado, y consiguió que Nai se sintiera arropada y querida. 

El cariño que la muchacha sentía por aquella anciana se había multiplicado en estos días.



Se sentaron en el salón y Manuela sacó un viejo libro de recetas.



- A ver Nai, que te parece ésta?- preguntó la anciana señalando una de las páginas -


- No Manuela, yo creo que mejor carne, el pescado donde lo vamos a comprar ya a estas horas? – contestó Nai –



- Hay mi niña, no te apures por eso, que yo conozco al pescatero. Anda,  vístete y vamos a su casa, verás como tenemos buen pescado para que cenéis esta noche.



Poco después las dos mujeres salían de casa de los pescateros con una buena pieza para cocinar.


 La dejaron en casa y se acercaron a la tienda del pueblo para comprar el resto de los ingredientes. 

Y al acabar la compra y con el capazo bien lleno, se dirigieron a la casa de Nai con la intención de ponerse manos a la obra.



Como si de dos buenas amigas se tratara, la anciana y la maestra trajinaron en la cocina entre cacerolas pescados y verduras. 



Mientras trabajaban cantaban, hablaban, reían, y poco a poco la receta escrita en las páginas de aquel libro, se convirtió en una suculenta cena. 



 Las dos miraron la bandeja satisfechas del trabajo realizado, respiraron profundo para inhalar el aroma que desprendía y sonrieron.




Colocaron en la mesa un precioso mantel bordado, y sobre el pusieron platos cubiertos y copas. 


Ya estaba todo listo.


Manuela se quitó el delantal y dijo a Nai.


- Muy bien, mi niña, ahora ponte bonita para él.



Nai dejó lo que estaba haciendo, se acercó a ella y la abrazó.



- Gracias Manuela, no sabe lo que ha significado para mi tenerla cerca este tiempo – dijo la muchacha apretandola fuerte.


- venga, venga, nada de sentimentalismos – dijo Manuela mientras la besaba en la frente –  a ver si te va a encontrar el doctor de estas pintas, con el delantal puesto. Anda, ve y ponte ese vestido tan bonito que tienes, y date carmín en los labios, y que no se te olviden unas gotitas de perfume.



- Adiós Manuela – dijo Nai viendo como la anciana cogía su hatillo y salía de la casa –


- Suerte – contestó Manuela ofreciéndole una última sonrisa –



Nai se dirigió al dormitorio. Abrió el armario y despues de mirar todos los vestidos que tenía, se decidió por uno de ellos. Se vistió y arregló su pelo. 

 Sacó del armario el perfumero que su madre le había regalado y que guardaba como si de un tesoro se tratara. Quitó el tapón y olió la barra de cristal. Aquel olor le recordaba mucho a su madre. 

Colocó el cristal detrás de su oreja y en ese momento sonó el timbre de la casa.

El corazón le dio un vuelco, y el pulso se le aceleró. Terminó de perfumarse, guardó el preciado frasco de nuevo en el armario y bajó a abrir la puerta.


 ……....................................................................................


Le temblaban las manos, y notaba un pequeño nudo en la boca del estomago. Respiró hondo, se arregló el pelo con la mano y tiró de pomo.

- Buenas noches Martín – dijo apartándose de la puerta para que el doctor pasara – adelante…



Martín dio unos pasos hacia el frente, y una vez dentro de la casa giró el brazo que escondía en su espalda y mostró el ramo a Nai.


- Buenas Noches Nai, esto es para ti… - dijo ofreciéndole las flores.



Nai se sonrojó, nunca le habían regalado flores, le pareció de lo más romántico. Cogió el ramo y se lo acercó a la nariz, aspiró profundamente el olor de las rosas, y las mariposas revolotearon por su estomago.


 Buscó con la mirada por los muebles del salón hasta que encontró un jarrón sobre una  mesilla. 



 - Gracias Martín, son preciosas!! – dijo mientras las volvía a olerlas de nuevo - las pondré en agua, quítate mientras la chaqueta y déjala ahí, en el sofá – 


Nai cogió el jarrón y se dirigió a la cocina para llenarlo de agua. Desde allí oyó la voz del médico.



- he traído también una botella de vino!! La dejo en la mesa??



- Siii, déjala allí – contestó Nai desde la cocina – 



Segundos después la maestra estaba de vuelta al salón. El médico miraba los cuadros de la pared y al oírla llegar se volvió a mirarla.



- Nai, que bien huele, que has cocinado?


- Pescado – contestó la muchacha – pero la verdad es que no es merito mío, Manuela me ha ayudado, bueno, casi que lo ha hecho ella todo.


- Ya será menos – dijo Martín – no quieras quitarte protagonismo. Y la hayas hecho tú o Manuela la verdad es que huele muy muy bien.



- Venga, pues siéntate que lo traigo, a ver si sabe igual de bien que huele – dijo Nai mientras se dirigía a la cocina – 



Se encontraba feliz, la sonrisa no desaparecía de su boca y sentía por dentro un pequeño cosquilleo que la hacía sentir bien. Cogió con cuidado la bandeja y al darse la vuelta se encontró a Martín tras ella.



- vaya… que susto!!! no te oí venir – dijo Nai con voz alegre


- lo siento, es que necesitamos un abre corchos para el vino! 


- Está en ese cajón – señaló  con la cabeza –



- Anda, dame la bandeja que la lleve yo y coge tu el abre corchos – le dijo él quitándole la bandeja de la mano –



Y una vez en el salón se sentaron en la mesa, uno frente al otro. Nai comenzó a servir los platos mientras Martín abrió la botella y llenó las copas.


- Brindamos? – dijo Marín levantando su copa y acercándola a ella 



Nai imitó el gesto y sus copas chocaron. 


- Por nosotros  Nai, por nuestro futuro – dijo Martín mirándola a los ojos.


Nai recibió esa mirada llena de amor y le devolvió la suya, llena de dulzura y felicidad.


- Por nosotros – contestó ella.



La cena transcurrió tranquila, aparentemente tranquila, porque bajo aquella fingida calma crecía un fuego difícil de controlar.



El tiempo pasó rápido, se sentían bien, hablaron… rieron… incluso debatieron sobre alguna cuestión.


 Una vez acabados los platos Nai se levantó para traer el postre. 


Martín al verla levantase la imitó, con la intención de retirar los platos, y así los dos llevaron el servicio a la cocina . y volvieron con platos limpios para tomar el postre.



- La tarta sí que la he hecho yo eh Martín, con una receta de mi madre – dijo Nai mientras dejaba los platos sobre la mesa – 


- pues veamos que tal repostera eres, venga a ver esa tarta - contestó Martín sentándose en su sitio y cruzando los brazos en señal de espera –



Nai trajo el pastel y lo colocó en el centro de la mesa. Después lo cortó y lo sirvió. Martín se llevó un trozo a la boca y cerrando los ojos lo saboreó.



- hummmm Naiiii, que rico está!!!! 


Nai sonrió. Y aprovechó ese momento en el que él no la veía para mirarlo detenidamente.  Lo veía tan guapo… y era tan atento… tan amable… tan cariñoso… y de nuevo las mariposillas revolotearon por su interior.



Martín abrió los ojos y sus miradas se encontraron, y se detuvieron la una en la otra, y cada uno de ellos se vio reflejado en el otro.  

Apenas fueron unos segundos, pero no hacía falta más. Lo que vieron en ese reflejo fue amor, el amor que sentían en el corazón.

  
- Quieres repetir Martín? – Dijo Nai apartando la mirada y rompiendo el mágico hechizo –


- No, no gracias, no podría comer nada más Nai, estoy lleno!!! – respondió Martín – 


- Si quieres te ayudo a recoger y a limpiar los cacharros  - siguió diciendo el médico mientras se levantaba y empezaba a recoger cosas –



Nai se levantó también y sujetó las manos de Martín parándolo para que no recogiera nada.



- No Martín por favor, todo esto ya lo recogeré yo luego – le dijo mientras dirigía su mirada hacia el –

 

Ella le soltó las manos, y entonces fue él el que se las retuvo. Las apretó contra las suyas y mirándola directamente a los ojos le dijo.



- Nai, esta noche estás preciosa sabes…


La muchacha se sonrojó, bajó la vista, el corazón galopaba en su interior, y no sabía qué hacer. 



Pero Martín si sabía.

Dirigió su mano derecha hacia la barbilla de Nai obligándola a levantar la cabeza.


- Mírame Nai…



La muchacha entonces levantó la mirada y la posó sobre el.


- Te quiero – le dijo Martín mientras se acercaba despacio a sus labios –


Nai cerró los ojos justo en el momento en el que sintió en su boca la suya.



Con los ojos cerrados sintió que volaba…



Y se fundieron los dos en ese maravilloso primer beso…









Ese que se desea eterno…



Fotos y Textos: MinisAntonia (Toñi Gago)

23 comentarios:

  1. Hola, viva el amor verdadero! Me encanta la preparación de la cena, los detalles de la mesa, el mantel, el postre... Todo es ideal. No quiero olvidarme de destacar el bonito detalle de la orla de medicina del doctor. Es el detalle perfecto. Las plantas son todas muy bonitas y variadas. El vestido de Nai es muy elegante en ese color y la barbería muy real. Los diálogos también son muy creíbles. Gran trabajo . Seguimos en contacto

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  2. Hola Antonia,
    Precioso plantas y un gran final de este capítulo. Las fotos son geniales y realmente añadir al post.
    Abrazo grande,
    Giac

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  3. Ainssssss....qué romántico!! mira que tengo trabajo encima de la mesa ¿eh? pero cuando he visto la historia no me he podido contener de leerla y no podía parar y dejarla para la noche.
    Me ha encantado
    Un beso

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  4. Ooooohhh el amor, que bonito. Al fin se deciden a dar un pasito, me ha encantado, como siempre. Nai está preciosa con el vestido rojo, pero es que con el de cuadros, también lo está jajaja, es que cualquier cosa que se ponga le sienta bien, tiene buena modista.
    Bueno, gracias por este capítulo tan esperado.
    Besos.
    Victoria

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  5. Antonia qué bonita historia, me ha encantado y toda ella en un marco incomparable. Los vestidos te han quedado preciosos. Besos

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  6. Finalmente una cenetta romantica ed u finale al bacio!
    Stupende immagini per una bella stria.
    Ciao Faby

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  7. une très jolie histoire qui, ouf, se termine bien. Les décors ainsi que les costumes sont superbes. Chaque épisode a été "savoureux" à suivre.
    Bonne fin de journée ! rosethé-Minima

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  8. Bien!!!!!!Por fin!!! Un reportaje fotográfico estupendo.Por cierto,los vestidos le quedan genial.

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  9. !!!Hurra!!!palmas y mas palmas ya estamos contentas jaja..preciosa la presentacion ,la cena,las flores y todos los detalles, felicidades eres una artistaza un beso santiaga

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  10. Menuda puesta en escena,esperemos que esta vez no aparezca ninguna malintencionada y lo estropee. Los vestidos de Nai son una delicia.
    Un abrazo.
    Yolanda.

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  11. Que emocion, que bonita historia, todo perfecto, de esta a television

    Besos

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  12. Bellissime ambientazioni, dallo studio medico al barbiere, alla fiorista e infine alla cucina dove fervono i preparativi per la cena. Molto dettagliato il pranzo e romantico l'amore tra Nai e Martin. ♥ Manu

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  13. ¡Madre mía! pensé que Martín no llegaba "más nunca" a la cena!!!
    Por fin llegó el momento!!!! ¡Que cena más increible!!! Y el postre.... Sólo un fallo, Nai tenía que haber dejado que Martín recogiera los platos, está sentando un precedente... Pero que bonita le escena del beso!!!!
    Y eso que no hizo todos los cambios de vestidos...
    ¡Cómo he disfrutado!!!!!!!!
    Gracias a Nai y a Martín por compartir estos momentos tan entrañables.

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  14. Preciosa. Muy divertida la historia. Increíbles los vestidos, las plantas, la cocina, la mesa...
    Eres una artista de los pies a la cabeza. Enhorabuena!!!!. Sonsoles

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  15. Qué maravilla! ha sido de lo más romantico...toda la escenografía ha sido preciosa. Que buen trabajo, lo he disfrutado mucho.
    un abrazo, Marisa

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  16. Hija mía que emocionante .....y que de detalles no se te escapa ni uno y eso que yo bajaba deprisa por la intriga de la cosa !!y por fín el beso !! que momentazo .enhorabuena guapa :un besazo

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  17. Guauu que emoción,jejejejej,besitos

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  18. por fin , menos mal , a ver por donde sale ahora la otra

    besitos

    Mari

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  19. Hola!!
    Ohhhh!! Qué bonito!! Y la otra? Qué pasará? Me encanta!! Cuidas todos los detalles. Felicidades por esta historia!!
    Besos, Helena.

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  20. Hasta yo tenia mariposas en el estomago!!!!!! que bonita por favor!!! pero que corto, siempre digo que voy a aguantar tres capitulos sin leerlos,pero es imposible!!!!Besitos y felicidades

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  21. Que bonito!!!! me ha encantado, me he sentido genial leyendo este trocito de historia.

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  22. Qué romántico,qué cena más romántica,qué beso más romántico!!!!C´est l´amour!!!!!Qué bonito!!!!!

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